Diversión entre la cena

21 de octubre de 2014 por Encarni Arcoya | Posteado en Encarni Arcoya, Relatos eróticos.

Tenía que controlar la respiración como pudiera para no dar un espectáculo en el restaurante donde estaban cenando. Pero esa simple acción era de por sí difícil cuando una persona estaba excitándolo a tal nivel que le sería difícil levantarse de la mesa sin que se dieran cuenta de la protuberancia que tenía en los pantalones.

Ella había dicho que se sentaran en uno frente al otro con tanta inocencia que no pensó sería peligroso. Ahora que se encontraba en tal estado no podía decir lo mismo, y menos con el pie de su pareja entre sus muslos, acariciándole su miembro y poniéndolo cada vez más duro, empujándole, pellizcando sus testículos y jugando con él mientras ella comía tranquilamente como si fuera una niña buena… ¡Una diablesa, eso era!

Dos veces le había preguntado con calma si le pasaba algo. Y ella, descarada, en ese momento le había excitado más aún al dejar que una gota de su vino siguiera el contorno de su mentón cayendo sobre su cuello y perdiéndose entre sus pechos. Lo único que quería era levantarse, cogerla y tomarla allí mismo. Poseerla sin la razón de por medio, solo ella y él,sin importar los demás, tenerla durante horas.

Pero estaba controlado por ella. No quería que parara de acariciarlo, de sentirla a pesar de estar tan cerca de él, aunque no pudiera hacer nada por esconder su excitación. Ya estaba claro, él le pertenecía, era su esclavo, un esclavo ansioso por su roce. Y ese esclavo ardía en deseos de complacerla.



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