El amor es…

4 de noviembre de 2014 por Encarni Arcoya | Posteado en Encarni Arcoya, Relatos eróticos.

Escondido detrás de las cortinas, observaba con cuidado a su vecina, esperando que, en ningún momento, ella lo viera. Todos los días, desde que ella se había mudado a la casa vecina de él, la observaba cuando trabajaba delante del ordenador, de espaldas a la ventana. La podía ver perfectamente cuando estaba enfrascada escribiendo, y escucharla cuando gritaba porque se quedaba sin inspiración.

Ella no era como el resto de las mujeres, era diferente. No se preocupaba demasiado por su aspecto, siempre con una coleta y ropa holgada. Y parecía que tampoco salía con nadie, pues seis meses era tiempo suficiente como para no salir con nadie.

Por culpa de ella su vida se había vuelvo sumisa siguiendo la misma rutina que ella. Pero aún así, todavía no era capaz de presentarse en casa de ella y saludarla, de entablar una conversación o incluso fingir que necesitaba algo de su vecina… Si ella supiera.

El timbre de la puerta lo sacó de sus ensoñaciones y parpadeó. Ella no estaba. Mirando el reloj se fijó en que era hora de su baño.

Bajó las escaleras y abrió la puerta sin fijarse en cómo estaba. Y entonces no supo respirar, olvidó latir su corazón por la visión más inverosímil que tenía delante. La sonrisa de ella podía cegar al hombre más poderoso del mundo y ser el premio más adorado de cualquier pobre. Como él.

– Hola… – Murmuró ella como si un susurro saliera de sus labios. Ya podía morir tranquilo….



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