“50 sombras de Grey”, otro cuento de Disney

Empezaré este artículo aclarando dos cosas:

1. No he visto la película que se ha estrenado este fin de semana. Quizá la vea, pero me baso en la novela, que sí he leído, para hacer este artículo en forma de crítica (constructiva) a la imagen de sexualidad y relación que nos da la historia de Mr. Grey y la dulce Anastasia Steele.
2. Me parece muy bien cualquier acción que tenga como consecuencia que la gente abra su mente en materia sexual. Por lo que, en realidad, me encanta que “50 sombras de grey” haya tenido tanto éxito. Ahora el BDSM es un poco más conocido, y parece que son muchas las personas que han descubierto el placer por la literatura erótica.

Pero no puedo quedarme callada ante la avalancha de comentarios sobre la saga Grey, que excitados en todos los sentidos, afirman que la liberación de la mujer por fin llega al gran público, que la sexualidad se amplia realmente.

Y es que “50 sombras de Grey” no es más que otra historia de amor romántico con algunos puntos eróticos (muchos, de acuerdo) y con escenas que pueden ser realmente impactantes.

Aquí os explico algunas de mis principales críticas a la saga. Por supuesto hay más, pero estas serían las principales:

• -Anastasia Steele depende de Mr. Grey para adentrarse en el mundo del sexo. Recordemos que ella, antes de conocerlo, es virgen, inocente, tímida. Y que parece que no va a tener más experiencias sexuales que las que tenga con Mr. Grey. Que serán apasionantes, seguro, pero no defiende la libertad sexual de la mujer. Pinta a una mujer sumisa (en muchos sentidos, no sólo en el del BDSM), una llamada más a que las mujeres tengan sólo un compañero sexual, no sea que demos por hecho que son unas “libertinas”.
• -Mr. Grey no practica el BDSM por placer, simplemente. Lo practica porque es una alma atormentada. Los traumas de su pasado han hecho que se decante por este tipo de experiencias sexuales, no lo ha escogido libremente. Por lo que al final  se produce “una curación” que consigue, por supuesto, el amor.
• -El amor pintado como solución a todas las cosas. El amor romántico que hace que la otra persona cambie por nosotros, que se acabe pareciendo (aún más) a ese príncipe que nos salva a lomos de un caballo blanco. Si para ti el amor es esperar a que la persona que amas cambie, tengo una noticia para ti: esperas en vano. Pueden producirse pequeños cambios, pero nunca cambios radicales, la persona es la que es.
• -Anastasia no solo acepta la sumisión sexual (cosa que me parece fantástica, es libre de disfrutar de su sexualidad como quiera), sino que además se mete en el papel de “madre”, ayudando a ese maravilloso hombre a que sea aún mejor, a que se “cure” de sus traumas. La mujer como salvadora, de nuevo.

Tags: 50 sombras, BDSM