Excitándote II

13 de enero de 2014 por Encarni Arcoya | Posteado en Relatos eróticos.

La mano de él cogió la de ella y empujó hacia dentro apropiándose de su boca, dándole la vuelta para que ella quedara entre la pared y él, un intento porque no se fuera a ninguna parte. Sus manos no sabían estarse quietas, lo mismo la cogían del cuello para profundizar su beso, que la ahogaba, como pronto iban hacia abajo, hasta las caderas, donde la empujaba hacia él y podía notar la protuberancia que sobresalía, cada vez más inflamada. Dios, no recordaba esa intensidad en él.

Ambos respiraron entrecortados cuando se separaron su boca y él volvió a mirarla. Estaba enloquecido, como si algo se hubiera apropiado de él, tan ansioso de ella. Bajó los ojos a los pezones, coronados por unos pequeños aros que no le perforaban pero sí creaban esa ilusión especial y se relamió. Solo con esa visión ella era capaz de llegar al clímax. De no haber estado al lado de él se habría caído al mismo suelo.

Escuchó un gruñido ronco de él antes de que sus ojos perdieran de vista la cara de él enterrada entre sus pechos, notando el aliento caliente de él, la boca besando y succionando, los dientes arañando sin hacer daño por su piel, sin saber a qué pezón acudir antes. Pero las manos eran más sabias, y pronto subieron hacia los pechos cogiéndolos uno cada uno, levantándolos un poco para que el pezón quedara a la altura exacta para… Para…

Ella se golpeó la cabeza contra la pared al echarse hacia atrás debido a lo que él había hecho. ¿Cómo había sido capaz de tirar del pendiente y arrancarlo de ese modo? ¿Y cómo podía estar así de caliente solo porque la estaba acariciando con los dedos mientras, con la boca, jugueteaba con la pinza del otro pezón, metiéndole la lengua, moviendo el aro a un lado y a otro, retorciéndolo incluso.

No podía hacer otra cosa que apoyarse en él y clamar porque siguiera…



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