La ley de Fisher

Estoy casi segura que esta ley relacionada con la sexualidad es muy poco conocida para la mayoría de gente, así que hoy vais a aprender algo nuevo y curioso que seguro que os resuelve mas de una duda.

¿Qué es la ley de Fisher?

Pues bien, como muchos sabemos las sesiones de sexo van disminuyendo en número conforme vamos avanzando en edad y también conforme van pasando los años en una relación estable, las pareja se ‘’relajan’’ en frecuencia; tanto que la media esta en dos sesiones semanales aproximadamente y suele mantenerse ahí durante mucho tiempo.

Aquí es donde entra la ley de Fisher, las investigaciones demuestran que mientras más relaciones sexuales tengamos, mayor será la cantidad de sexo que nos pida nuestro cuerpo y, viceversa, mientras menor sea la frecuencia, menor será el deseo sexual (Smith, 2006).

Muchas veces simplemente no nos apetece, pero si hacemos un esfuerzo y empezamos a interactuar con nuestra pareja de un modo erótico y sensual, esto hará que aumente nuestra predisposición neuronal a sentir deseo y por tanto que se de el coito de una forma más frecuente.

Por tanto, podemos condicionar nuestro organismo a nuestro parecer, a cuanta más actividad sexual lo sometamos, más ganas tendremos de practicar sexo habitualmente. Tanto, que se ha demostrado que las personas se masturban más cuanto más sexo tienen, en vez de cuando a pasado un largo periodo sin él.

Es más, si dejamos de practicar sexo por un periodo de tiempo bastante largo, ya sea nosotros a solas o en compañía, el deseo sexual puede disminuir de tal forma que hasta incluso puede llegar a desaparecer de alguna forma.

Mi consejo es:

Si este es tu caso, podrías intentar buscar un hueco para disfrutar de una buena vida sexual.

Pero ¿qué pasa si no tengo ganas?

Pues de nuevo la respuesta es que si inicias la actividad sexual, aun cuando no tienes ningún tipo de deseo espontáneo en ese momento, en la mayoría de los casos el deseo volverá conforme os llenéis de besos, caricias, abrazos, fantasías, etc. Y se hará presente. Se trata de una forma de auto provocarnos  la excitación.

Visto desde un punto de vista más físico, practicar sexo con frecuencia favorece y aumenta la conservación de las respuestas fisiológicas normales necesarias para su óptimo funcionamiento.

Con esto también debo deciros que no existe un número exacto de veces que se tenga que practicar sexo a la semana o al mes (como mucha gente cree), no os obsesionéis…pues dependerá de cada pareja y del nivel de ausencia sexual que pueda generar un problema en la relación o en uno mismo.