El otoño es una estación determinada por sus suculentos manjares de temporada , alimentos que normalmente pasamos por alto y que pueden ser de lo más sensuales.
Es la época perfecta para dar un paseo por el campo e ir a recoger setas y frutos rojos. Pero como el tiempo libre escasea, siempre podéis ir al supermercado y haceros con estos alimentos.
¿Qué podemos cocinar?
Como hemos mencionado, podemos hacer una suculenta salsa de setas u hongos que pueda acompañar una apetitosa pieza de carne. Y si se es vegetariano, siempre se puede combinar con más verduras, arroz o patatas.
Las setas apenas tienen calorías y proporcionan una fuente de energía gracias a su vitamina B2, y junto a la carne y sus proteínas es un cóctel de energía. Energía que nos hará falta para después de la cena…
Si se prefiere pescado, una buena opción es preparar una salsa de nueces o almendras, que bañe un filete de bacalao o salmón.
Podríamos acompañar cualquiera de estos platos con una ensalada de frutos silvestres. Las moras, las frambuesas, los arándanos, grosellas… poseen un toque exótico y semi dulce que decorará deliciosamente una ensalada común.
Además, podemos aprovechar para añadirle también frutos secos que le darán ese sabor tan característico.
¿Y el postre?
El postre puede ser sencillo, como fruta o algún dulce elaborado.
En esta estación es muy común la uva. Las uvas negras concentran sustancias con propiedades antioxidantes y se pueden comer tanto en crudo, como en zumo o en pasteles.
La forma más cómoda es en crudo. Una idea es colocarlas en un bol de cristal y bañarlas sutilmente en leche condensada mientras jugáis a daros de comer, por ejemplo introduciéndolas suavemente en la boca del acompañante o directamente pasar la uva delicadamente de boca a boca.
Sería interesante y seductor que vendárais los ojos de la otra persona mientras jugáis con la fruta, así estimulareis el sentido del olor, sabor y tacto. Además de subir la líbido.
Lo mismo podéis hacer con un bol lleno de frutos rojos, como las frambuesas, moras, endrinas, etc. que hemos mencionado anteriormente. Éstas las podéis mezclar con nata montada o con chocolate derretido, por ejemplo.
Todo un volcán de endorfinas para degustar y disfrutar en compañía.
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