La risa de ella llenó sus oídos y trató de moverse para que se diera cuenta que necesitaba que fuera más rápido. Pero no estaba por la labor de satisfacerlo… aún.

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No debía haberle hecho esa pregunta. No a ella. Ahora era su culpa encontrarse en esa situación, atado de pies y manos, los pies abiertos y atados a cada lado de la mesa, sus manos atadas a las otras patas de la mesa, con lo cual le había obligado a tumbarse sobre la mesa dejando expuesto su trasero.

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No podía evitar enrojecer al pensar en cómo estaba en ese momento. Completamente desnuda, los brazos sujetos con la barra de la cortina, ésta abierta dejando el cristal del balcón con la persiana levantada y el exterior… Cualquiera que mirara en esa dirección podría verla a ella, atada con esas correas que había comprado él para “jugar” con ella. (más…)

No sabía qué había pasado por su cabeza cuando lo había visto en el escaparate. Ni siquiera podía decir lo que había hecho para entrar en la tienda y salir con algo así. Tampoco, si le hubieran preguntado, habría sabido decir cuál era la conversación que había mantenido con su pareja ni el por qué le había mostrado eso. (más…)

Escondido detrás de las cortinas, observaba con cuidado a su vecina, esperando que, en ningún momento, ella lo viera. Todos los días, desde que ella se había mudado a la casa vecina de él, la observaba cuando trabajaba delante del ordenador, de espaldas a la ventana. La podía ver perfectamente cuando estaba enfrascada escribiendo, y escucharla cuando gritaba porque se quedaba sin inspiración. (más…)

No lo había hecho a posta pero el trabajo le había ocupado todo el día y ni siquiera pudo darse cuenta de la fecha que era, tan absorbido como estaba, olvidó la fecha especial de ellos dos, la que celebraban mes tras mes, contando no los años juntos sino los meses, porque tan importantes eran para ellos como los años. (más…)

Sonrió ella a la pantalla, ni una vez bajando los ojos; lo conocía bastante bien. Pero su cuerpo ya lo deseaba. La mano se cerró sobre él acariciándole suavemente de arriba a abajo. Posó la palma e hizo círculos a su alrededor para estimularlo, objetivo conseguido al retirarla pues impregnada estaba de un líquido que le sirvió de lubricación para seguir frotando con su mano ese tesoro. (más…)

Estaba acurrucada en la oscuridad del cine sobre el hombro de él, su calor emanando y calentándola como un fuego que la mantenía caliente y deseosa por ese cuerpo que conocía tan bien. La película era una de sus favoritas, la que ella había querido ir a ver a pesar de que a él no le gustaba. Pero no había dicho nada; se quedaba callado viéndola por ella. (más…)