¿Sabíais que con la estimulación de los pezones se puede alcanzar el clímax?
En la universidad de Rutgers (EEUU) se observó mediante resonancia magnética (fMRI) el cerebro de 11 mujeres mientras se estimulaban al azar y por separado distintas áreas erógenas : clítoris, pezones, cuello uterino y pared anterior vaginal.
¿Cuál fue el resultado?
El psicólogo Barry Komisaruk publicó en la famosa revista “Journal of Sexual Medicine” los sorprendentes resultados.
El estudio demostró que cuando las mujeres se estimulaban los pezones, se activaban exactamente las mismas zonas cerebrales que cuando se estimulaban genitalmente, concretamente el lóbulo paracentral medial.
Este hallazgo nos lleva a concluir que con paciencia y concentración, podríamos llegar al orgasmo mediante la estimulación única de los pezones.
Como ya hemos comentando en alguna que otra publicación, en el estudio también se comprobó que durante los distintos tipos de estimulación se activaban hasta 30 áreas cerebrales. Y entre las áreas activadas destacamos la de la memoria, la de recompensa, el tacto y para sorpresa de muchos, el dolor.
¿Cómo podemos alcanzar el orgasmo mediante la estimulación de los pezones?
Con mucha paciencia, imaginación y olvidándonos del tiempo.
Se puede combinar la estimulación oral con la manual. Todo vale: Lamer, morder suavemente, pasar la yema de los dedos, masajear los pechos con distintos movimientos, tirar de los pezones delicadamente, succionar, acariciar con el pene,…
Además, podéis combinar toda estimulación con la ayuda de juguetes eróticos, aceite para masajes, comida y complementos. Por ejemplo, pasar un cubito de hielo por el pezón los erizará y endurecerá. Combínalo rápidamente con el calor de tu boca o manos…
También puedes utilizar vibradores con velocidades progresivas, plumas suaves, polvos comestibles, pintura corporal, nata montada, pinzas especiales, etc.
¡Pon en marcha tu imaginación y disfruta!
Por último, mencionar que no os obsesiones con alcanzar el clímax lo más rápido posible, recordad que todo está en nuestra cabeza. Es más, no estamos acostumbrados a dedicarle tanto tiempo a esta zona erógena y si esperamos resultados por arte de magia, puede estresar y decepcionar.
Por tanto, no os ofusquéis con la persecución del orgasmo con la estimulación de los pezones. Lo que tenéis que hacer es dejaros llevar, aparcar el tiempo y disfrutar del momento, llegue o no llegue el orgasmo.
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