Las posturas más fáciles para estimular el punto G:
El acróbata
Aunque a primera vista parece complicada, no tiene mucho misterio y además ella puede tener el control en cuanto a profundidad de penetración y ritmo.
Se trata de que ella se siente encima de él, pero dándole la espalda y a ser posible, arqueando la espalda hacia atrás para que el abdomen quede un poco más elevado. Esta inclinación permite variar el ángulo de penetración, dirigiéndolo hacia la pared frontal de tu vagina que es donde se encuentra el punto G.
La unión del emú
Esta es una postura muy cómoda para ambos y distinta. Se trata de que los dos os pongáis de pie y concretamente ella le dará la espalda a él. También es recomendable que ella se incline ligeramente hacia delante para que sea más fácil estimular la zona del punto G.
Por otro lado, tener las manos libres en esa posición permite a la vez la estimulación de otras zonas como el clítoris, los pechos, el ano…
El clásico Misionero
Se podría decir que esta es la postura clásica por excelencia, tanto por su comodidad como por lo fácil que es de hacer. Ella tumbada boca arriba y él encima de ella, parece ser que es una postura que no pasa de moda.
Aquí sería recomendable que ella coloque algunos cojines debajo de sus nalgas, de forma que abdomen quede más elevado. Y si él se inclina un poco hacia atrás, el pene podrá adquirir un ángulo que se aproxime más a la parte frontal de la vagina.
Ella también puede ayudarse levantando las piernas y colocándolas sobre los hombros de su pareja o apoyando las rodillas sobre el pecho de él.
El perrito
Esta es otra de las posturas clásicas, que además, excita ante todo a los hombres. Como todos sabemos, se caracteriza por encontrarse ella de espaldas, apoyándose con rodillas y brazos, y él se coloca detrás llevando el control de la situación.
También puede variar la posición si ella se tumba completamente boca abajo, mientras él la penetra a su parecer desde atrás tumbado o ligeramente sentado. Se conoce como la postura de “El elefante”.
Recordad, que aunque el hombre lleve el control en esta posición, es imprescindible que os comuniquéis para que el placer lo disfrutéis ambos.
La cuchara
Esta posición es muy dulce porque permite mucho juego y proximidad.
Ambos estáis tumbados de lado, mientras ella le da la espalda a él. En esta posición se da una penetración más superficial, que es lo que se necesita para la estimulación de dicha zona erógena.
A la vez, no escatiméis en mimos y estimulación. Unos besos en la nuca de ella mientras se le aparta pausadamente el cabello, le encantará.
Por último y no por ello menos importante, no dejéis de comunicaros.
Es necesario que probéis diversas velocidades, ritmos, rotaciones y ángulos hasta encontrar el que mejor se adapte y sea más cómodo.
Como siempre, el placer es cosa de dos ¡Disfrutad!