¿Cómo mejorar la líbido femenina?

Hace algunos días hablaba sobre las causas del bajo deseo sexual que experimentan algunas mujeres. Cada vez son más las consultas que me llegan sobre el tema y creo que estará bien poder dedicar un artículo a aconsejaros para mejorar vuestra líbido.

Por supuesto no tengo una varita mágica (ni yo ni ninguno de los psicólogos/sexólogos que conozco) y, por lo tanto, es posible que estos consejos no se ajusten a lo que tu necesites. No obstante, te recomiendo que los leas atentamente y con la mente abierta, nunca sabemos qué puede hacernos cambiar, de repente, nuestra forma de ver las cosas.

El deseo sexual se tiene que trabajar

La madurez sexual femenina llega sobre los 35 años. En ese momento, muchas mujeres relatan sentirse en su plenitud vital, llenas de energía puesto que aún son jóvenes, y con la suficiente experiencia a sus espaldas para saber qué quieren y qué no. Y no sólo en el terreno sexual. Cuando una mujer tiene claro lo que le gusta y lo que no, se siente más segura de si misma. Es más capaz de buscar lo que le interesa y de plantarle cara a lo que no.

Así entendemos que si esta mujer ha experimentado a nivel sexual, de repente se planta en esos maravillosos 35 años y tiene muy claro qué quiere. Sabe qué le gusta y más o menos dónde buscarlo. ¿Sí?

Bueno, no siempre. En nuestra sociedad, esa plenitud, suele coincidir con un momento en el que las mujeres se encuentran en una relación estable de pareja. Y la estabilidad y la rutina que ello suele conllevar, como ya dijimos, deja la líbido por los suelos.

Es importante, entonces, que la mujer y su pareja no dejen nunca de buscar, de experimentar, de encontrarse, de descubrirse. Aunque a veces pueda parecer que lo sabemos todo el uno del otro, eso nunca sucede, nuestra pareja siempre tiene cosas nuevas que aportarnos, la cuestión es hablarlo y empezar a trabajar para activar el deseo sexual de nuevo.

Planifica momentos que puedan llevar al sexo

¿Sexo y planificación? Para muchas personas estas dos palabras nunca deberían ir en la misma frase: “el sexo tiene que ser espontáneo”. Sí, eso es muy bonito cuando tienes todo el tiempo del mundo para estar con tu pareja, pero eso no suele suceder. Lo que suele suceder es que la mayoría de parejas se acaban acogiendo a aquello del “sábado, sabadete…”. No como dogma, sino simplemente porque es cuando tienen en mente tener la relación sexual y cuando realmente tienen tiempo.

Pero podemos potenciar y mejorar el deseo de una forma consciente. Nos quejamos a menudo de que no tenemos tiempo durante la semana para estar con nuestra pareja. Pero… ¿cuánto tiempo pasáis el uno con el otro delante de la tele? ¿Y si uno de esos días apagáis la tele y habláis? ¿Y si dedicáis ese tiempo a cenar tranquilamente en la mesa, con un buen vino?

Si lo piensas, es mucho más probable que aparezca el deseo si estás compartiendo tiempo de calidad con tu pareja que si estáis cada uno a lo vuestro delante de la tele, ¿no?

Piensa en sexo

Muchas mujeres me dicen en consulta: ¿cómo voy a tener deseo sexual si no pienso nunca en el sexo?

Y es cierto, no puedo por más que darles la razón. Si no estimulamos a nuestro principal órgano sexual, nuestro cerebro, es bastante difícil que aparezca el deseo por arte de magia. Así que, empieza a estimularlo.

Una buena oportunidad para empezar a pensar en sexo es, simplemente, dedicar cinco minutos al día a leer alguna historia erótica. Aunque no te apetezca, fuérzate un poco. En internet tienes mil millones de páginas dedicadas a los relatos eróticos, algunas muy buenas. Aquí también puedes leer las disponibles, relatos eróticos Factor Mujer. Simplemente explóralas y busca el estilo que más te guste. Escoge un momento en el que estés sola, más o menos relajada, y lee sin juzgar. No busques excitarte, busca sólo el placer de la lectura.

También puedes ver alguna película erótica. Ya sé que las películas porno, en general, no nos suelen gustar demasiado a las mujeres, pero ¿has visto alguna de la fantástica directora Erika Lust? Si la respuesta es no, te animo a que te hagas con cualquiera de ellas y la veas tranquilamente.

No te preocupes si no te excitas pensando en el sexo, no es la intención, lo que buscamos aquí es que tu cerebro empiece a activar de nuevo su función de “pensar en sexo”.

Cuídate

Parece lógico, ¿no? Si nos cuidamos, nos sentimos más atractivas, de mejor humor, más capaces. Pero no siempre lo hacemos. La vorágine del día a día muchas veces nos lleva a no tener tiempo ni de ponernos esa crema en la cara que nos hace parecer más guapas y jóvenes.

Guárdate cinco minutos al día, aunque sea, para ti. Cinco minutos de egoísmo absoluto en los que te dediques a ponerte una crema que te encante, o que te maquilles, o te planches el pelo, o simplemente te des un masaje en los pies. Lo que sea. Pero cuídate, si te sientes bien contigo misma será más fácil que tu deseo sexual no caiga en picado.

Pero además, ten cuidado con tu salud. Algunos estudios han demostrado que las mujeres con un alto nivel de colesterol, con diabetes, con obesidad o con problemas en las tiroides, tienen más problemas de líbido. Así que en cuanto puedas, ya sabes, hazte una analítica y comprueba que todo esté bien. Si no es así, empieza a cuidar tu alimentación, introduce un poco de ejercicio en tu día a día y verás cómo empezarás a sentirte mejor contigo misma.

Tener deseo sexual no significa estar obligada a tener una relación sexual

Muchas mujeres reprimen inconscientemente su deseo sexual porque no quieren en ese momento tener una relación sexual, ya sea porque están cansadas del ajetreado día, porque acaban de pelearse con su pareja, o porque sus hijos no han querido ducharse antes de cenar.

Nadie te obliga a acabar aquello que has comenzado. Háblalo con tu pareja, déjale claro que hay días en los que te apetecen mimos y cariños, quizá incluso algún tocamiento íntimo, pero que quizá no te apetece acabar con una penetración o siquiera con un orgasmo. Puede parecer que no tiene sentido, pero lo que no tiene ningún sentido es que no podamos comernos un plato de sopa si no nos comprometemos a acabarnos todo lo que queda en la olla. ¿No?

La falta de deseo sexual puede tener muchas causas

Como decía antes, no tengo una varita mágica (aunque confieso que me encantaría), y es posible que ya lleves a cabo todos estos consejos y aún así sientas que tu deseo sexual no se restablece o es inferior al que desearías. Si es así, no dudes en ponerte en contacto conmigo, podemos hacer una asesoría más personal y ver cuáles son las causas concretas que hacen que, en tu caso, el deseo sexual esté reprimido.

Por supuesto, puedes opinar en los comentarios del artículo, estaré encantada de contestaros a todas y todos.