Posts Tagged ‘tanga de lazos’

Vestida para San Valentin

febrero 13th, 2013 by Encarni Arcoya | No Comments | Filed in Relatos eróticos

Temía el día se San Valentin. Los últimos años ese día había sido una completa tortura por parte de su pareja pero ese en concreto no había pasado nada, cuando lo normal era que algo pasara, y claro, estaba pendiente de ello, mirando por todos los rincones. Nada.Agotada, se había dado por vencida y metido en la ducha para que el agua la relajara. Total, tampoco es que quedara mucho del día de San Valentin, y encima él estaba de viaje. 20 minutos después salía de la ducha y trataba de coger el albornoz para… Parpadeó varias veces dándose cuenta que toda su ropa había desaparecido dejando solo un tanga rojoy una nota: “Vístete”.Cogió con dos dedos el tanga que se veía minúsculo y miró alrededor, rebuscó por ropa en cualquier cajón, o toallas, lo que fuera. Nada.

Se colocó el tanga con un lazo en el trasero y abrió la puerta donde se encontró a su hombre apoyado en la espalda con los brazos cruzados. Ella, tapándose sus pechos con los suyos, lo contempló. Tenía la camisa casi desabrochada lo que dejaba ver su pecho y los pantalones tenía el botón abierto.

Él sonrió ladino mientras le indicaba con el brazo que avanzara hacia el final del pasillo. Así lo hizo, mirando de reojo hacia atrás para encontrarlo embobado con el lazo lo cual hizo que instintivamente se tapara. Si se le ocurría tirar de ahí…

Cuando llegó al final vio la habitación cubierta con sedas rojas y una cama hecha con forma de corazón con pétalos de rosa. Se había vuelto a superar… pero esa noche sería otra de las que no iba a dormir.

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Incitándote

noviembre 7th, 2012 by Encarni Arcoya | No Comments | Filed in Ideas eróticas, Relatos eróticos

Una dulce tortura, eso es lo que era. La tenía delante suyo vestida solamente con un tanga de lazos y no podía acortar la distancia y desatar esos lazos de sus caderas para dejarla como él quería, piel con piel, notar el fuego y encenderla irremediablemente.

  • Mmm… Cariño, ¿qué piensas? – La dulce melodía de su voz le atormentaba aún más en su ya difícil situación.
  • Déjame acercarme… por favor.
  • ¿Para qué? – Las manos de ella tocaron su cuerpo desde sus pechos, bajando lentamente por los costados, el vientre, las caderas. Los lazos se movieron con el roce pero sin deshacerse y el sonido que exhala la boca de él conoce la frustración que siente su dueño.

La sonrisa de ella se incrementa y se acerca a su chico, a su pareja, a su hombre. Acaricia su piel lentamente, como si quisiera que él pensara que esas yemas de los dedos fueran las suyas, que dejan un camino encendido para que después la boca intente apagarlo con su frescura, o tal vez provocar que arda más… Y eso que no suele ser un pirómano pero con ella…

Se acerca a él rozándole con esa lencería  nueva que se ha comprado; cómo hubiera deseado haber ido estado con ella cuando lo compró, habérselo probado en ese momento y haber…. Tenía que acabar la tortura; tenía que hacerlo.

  • Amor, ¿y si ahora me voy a la cama y te dejo así? – El rostro de él perdió el color antes de que los labios de ella se fusionaran con los suyos en un agradable beso. No iba a dejarlo atado a la silla como estaba ¿verdad? … ¿VERDAD?

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