Estaba desesperada porque llegara pero se retrasaba y consideraba que lo estaba haciendo a posta para que ella estuviera peor, para no darle lo que quería...
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Sintió las llaves en la puerta y corrió hacia ella de la forma en que podía para, cuando abrió él la puerta, lanzársele encima suplicándole que lo quitara. La sonrisa de él le hizo sentirse cabreada por esa diversión, ya no aguantaba más, llevaba todo el día con él y tenía sus necesidades, no le gustaba sentirse así.
Súplica tras súplica le pidió que se lo quitara mientras él iba por el pasillo hasta su habitación y allí comenzaba a quitarse la ropa, a quedarse solo con los calzoncillos para empujarla contra la pared y besarla con violencia, queriendo apoderarse de sus labios mientras las manos bajaban hacia su trasero y movían un poco su juguetito, ese plug con brillante que, antes de irse al trabajo, le había colocado con la prohibición de quitárselo. Y sabía que cumpliría si no quería un castigo.
Un nuevo por favor salió de sus labios mientras los tomaba él y se sintió en el cielo por notar la vibración de su voz en la boca, por esa súplica que tanto le estaba calentando.
La empujó más contra la pared para que notara su excitación y metió la mano en su sexo, mojado y caliente, como le gustaba a él. Era toda suya y no quería que nadie la tuviera así, desesperada por su toque, por sus órdenes.
Cogió el plug y empezó a sacarlo para luego meterlo como si de un consolador se tratara. Abrió su calzoncillo y su pene, ya listo, se posicionó en la vagina donde la penetró jugando con el plug, llevando un ritmo para conseguir lo que buscaba. Su placer.
Relato erótico by Kayla Leiz (abril 2013)
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