Primera Experiencia Pegging

Una suave brisa acariciaba la piel de Alejandro mientras caminaba de la mano de Laura por un camino boscoso. El ambiente estaba cargado de energía excitante e intimidad. Era su aniversario y habían decidido escapar de la rutina para explorar nuevas fronteras en su relación. Durante meses habían explorado diversas fantasías y juegos sexuales, y querían llevar sus experiencias a otro nivel.

Alejandro y Laura se encontraban en un nivel de confianza y amor que les permitía explorar su sexualidad sin prejuicios ni inhibiciones. Laura, una mujer segura, cariñosa y sensual, había acordado con Alejandro llevar a cabo una fantasía con inversión de roles, donde ella asumiría el rol de penetrar analmente a Alejandro.

Tras una caminata, llegaron a un pequeño claro rodeado de árboles altos que les brindaba privacidad. Laura extendió una manta en el suelo, invitando a Alejandro a sentar a su lado. Tomó las manos de Alejandro con delicadeza y las llevó suavemente a sus labios, depositando besos suaves y sensuales en cada uno de sus dedos. Alejandro sentía cómo la piel se erizaba ante el contacto suave y cálido de los labios de Laura.

Con ojos llenos de deseo, Laura deslizó sus manos por el cuerpo de Alejandro, acariciando su pecho, sintiendo el latir acelerado de su corazón. "Quiero que te sientas amado, cuidado y disfrutes mucho", susurró Laura con voz seductora. "Exploremos juntos el placer prohibido y los límites de nuestros cuerpos".


El corazón de Alejandro latía rápidamente, lleno de excitación y nerviosismo. Laura se arrodilló frente a él y con una sonrisa traviesa, desabrochó lentamente los botones de la camisa de Alejandro, revelando su pecho desnudo ante sus ojos hambrientos. Sus manos expertas se deslizaron por su torso, acariciando cada centímetro de piel con suavidad y firmeza.

El roce de sus dedos provocaba escalofríos en Alejandro, mientras su cuerpo se arqueaba hacia ella en busca de más contacto. Laura descendió lentamente, dejando un rastro de besos húmedos a lo largo de su pecho y abdomen, hasta llegar a su entrepierna, donde la excitación se hacía cada vez más evidente.

Con manos hábiles, Laura liberó el miembro de Alejandro de su prisión de tela, acariciándolo suavemente. Sus ojos se encontraron, transmitiendo una mezcla de deseo y complicidad. Sin apartar la mirada, Laura comenzó a mover su mano con un ritmo lento y sensual, sintiendo cómo la erección de Alejandro crecía en su mano.

Laura se incorporó de nuevo, acercándose al cuello de Alejandro. Sus labios suaves y húmedos rozaron su piel, mientras sus dientes mordisqueaban suavemente su oreja. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Alejandro, llenándolo de excitación.

"No tengas prisa, mi amor", susurró Laura con voz seductora. "Vamos a saborear cada momento, explorando cada rincón de nuestro deseo".

Con habilidad y delicadeza, Laura comenzó a explorar suavemente los contornos del ano de Alejandro con un dedo mojado en lubricante anal. El roce suave y circular de su dedo despertó sensaciones desconocidas en él, en una mezcla de nerviosismo y placer. Poco a poco, Laura fue introduciendo su dedo en el interior de Alejandro, moviéndolo con suavidad, experimentando con diferentes ritmos y presiones, siempre muy atenta a la cara y gemidos de su amante.

Después de un tiempo, cuando el ano de Alejandro ya no tenía tensión, Laura retiró su dedo lentamente, y con una sonrisa traviesa, dijo: "Estás listo, cariño".

Laura se preparó para cumplir el deseo mutuo, colocándose un arnés con un apéndice vaginal debidamente lubricado. Una vez lista y con Alejandro acostado boca arriba, deslizó suavemente el dildo delgado y curvado en el ano de Alejandro mientras acariciaba su pene con sus manos sensuales impregnadas de lubricante. Laura se encontraba cada vez más excitada, sintiendo el poder y el control que emanaban de ella, disfrutando del placer que generaba en su amante.

Las manos de Laura acariciaban, presionaban y recorrían el miembro de Alejandro en perfecta sincronía con sus movimientos de penetración anal, creando una sinfonía de placer que los envolvía por completo. Alejandro, ahora más relajado, se dejaba llevar por la cascada de sensaciones, entregándose al deleite desconocido. Eran sensaciones nuevas para él, donde la erección no era tan intensa, pero el placer era evidente. Lo estaba disfrutando intensamente.

Laura inició una danza de conexión y entrega, guiada por las reacciones de Alejandro. Poco a poco, esa danza se volvió más constante, asegurándose de que cada embestida fuera placentera y estimulante para él. Con cada movimiento, el vínculo entre ellos se fortalecía, fusionándolos en un momento de intimidad y conexión sin igual. Cada gemido, cada susurro, era una manifestación del amor y la confianza compartidos entre ambos.

El placer crecía a medida que la penetración continuaba, envolviendo a Alejandro en una mezcla de sensaciones. Laura, sintiendo el poder y el control que emanaban de ella,  se regocijaba en el deleite que provocaba en su amante.

El éxtasis se acercaba, Laura aumentaba el ritmo, llevando a Alejandro al borde de la liberación. Sus cuerpos se movían en perfecta armonía, explorando los límites del placer mutuo.

Y finalmente, el clímax los alcanzó como un torbellino de éxtasis. Alejandro se dejó llevar por una explosión de placer, mientras Laura continuaba moviéndose con gracia y firmeza. La liberación llegó en oleadas, inundando sus sentidos y dejándolos sin aliento, fundidos en un abrazo.

Laura acarició suavemente el rostro de Alejandro, sintiendo su respiración tranquila y su piel cálida bajo sus dedos. Habían compartido un momento de vulnerabilidad y confianza mutua, una experiencia que fortalecía su complicidad y amor.

"Estoy muy agradecida de haber compartido esto contigo, Alejandro", susurró Laura con suavidad, su voz llena de ternura. "Disfruté mucho al verte gemir y disfrutar con mis movimientos".


"Yo también, mi amor", respondió Alejandro, besando tiernamente sus labios. "Eres la persona más increíble que he conocido y estoy encantado de poder explorar nuevos horizontes contigo. Gracias por ayudarme a experimentar mi mejor y más prolongado orgasmo".

Pegging, cambio de rolPráctica sexual en la que una mujer penetra a un hombre analmente empleando un arnés o prótesis, normalmente va sujeta a la pelvis o introducida en vagina.



Experiencias eróticas by Factor Mujer (junio 2023)


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