Experiencia Compartida con el Succionador de clítoris

Anna había estado considerando la idea de comprar un succionador de clítoris durante algún tiempo. Después de investigar un poco, finalmente decidió comprar uno y probarlo sola primero para ver cómo se sentía y cómo funcionaba.

Anna se sentía un poco nerviosa mientras desempaquetaba su nuevo juguete sexual. Había oído hablar de los succionadores de clítoris y estaba muy intrigada por probarlos. Después de leer varios artículos y reseñas, estaba emocionada por experimentar con él.

Después de cargarlo completamente, Anna se tumbó en su cama, aplicó lubricante y comenzó a explorar su nuevo juguete. Con un poco de dificultad, encontró la posición perfecta para abrazar su clítoris y sintió una sensación de succión muy intensa al permanecer unos segundos sin mover el succcionador del lugar escogido. Al principio le pareció un poco abrumador, pero después de unos minutos, la sensación se convirtió en una sensación de puro placer.

La sensación era tan poderosa que Anna no tardó en tener su primer orgasmo como si poco a poco saliera solo, sin haberse movido de aquella posición encontrada. La intensidad del orgasmo la dejó sin aliento y la hizo temblar de placer. Después de un breve descanso, siguió experimentando con su nuevo juguete y descubrió que podía alcanzar varios orgasmos intensos en cuestión de pocos minutos.

Anna estaba sorprendida por la potencia de su nuevo juguete y se sentía increíblemente satisfecha con su compra. Una noche, después de haber descubierto que el succionador de clítoris era una herramienta muy útil para alcanzar orgasmos rápidos e intensos, Anna decidió compartir su experiencia con su pareja, Carlos. Quería que él también experimentara el placer que el juguete podía proporcionar. Después de todo, Anna sabía lo que se sentía al usar el succionador y estaba segura de que Carlos también lo disfrutaría.

Comenzaron explorando sus cuerpos juntos, Anna dirigió el succionador a su clítoris mientras que Carlos lo aplicaba en su glande. La sensación era intensa y emocionante para ambos. Anna se sintió empoderada por el hecho de que podía compartir su experiencia con Carlos y llevar el control de la situación, de las sensaciones y descubrir así juntos nuevas formas de placer.

Tras los primeros juegos, Anna le dio el succionador a Carlos y le pidió que lo usara en ella. Él comenzó con un poco de sexo oral, combinando la succión con su lengua. La sensación era increíble, y ella se estaba acercando cada vez más al orgasmo. En aquel momento Anna decidió parar y añadir un poco de lubricante de sabor y calor para intensificar aún más la experiencia. El sabor a fresa era dulce y tentador, y haría que aquel sexo oral fuera aún más placentero para ella y excitante para él. Carlos aplicó también el lubricante de fresa sobre la zona erógena preferida de Anna, no podía resistirse a lamer, calentar con su aliento y mordisquear los pezones de Anna con aquel lubricante tan estimulante, mientras ella gemía de placer.

Anna decidió que era momento de parar, sabía que si seguía unos segundos más llegaría al clímax y eso lo quería reservar para más adelante, así que tomó de nuevo la iniciativa y cogió el lubricante de sabor fresa de efecto calor. Aplicó una generosa cantidad en su mano y comenzó a deslizarla lentamente sobre el pene de Carlos. Él gemía de placer mientras ella lo acariciaba, y entonces era el momento de probar, de nuevo, en Carlos el juguete que Anna había estado disfrutando. Ella tomó el succionador y lo aplicó con cuidado sobre el pene de Carlos. La sensación era intensa y él gemía con cada succión cerca del glande. Anna comenzó a mover el succionador hacia arriba y hacia abajo, combinando la succión con sus manos y su lengua. Carlos estaba en éxtasis, y ella detectó que era momento de parar.

Finalmente, había llegado el momento en que ambos estaban listos para llegar al clímax juntos, o al menos intentarlo. Cuando Carlos la penetró, Anna siguió estimulándose los pezones con el succionador, mientras Carlos se dejaba llevar por la increíble sensación de ese nuevo lubricante tan deslizante y estimulante a la vez que acariciaba el clítoris de Anna con sus dedos impregnados. Juntos, llegaron al orgasmo en una explosión de placer y pasión.

Después de un breve descanso, Anna se acurrucó junto a Carlos y le susurró al oído cuánto lo amaba. Juntos, habían explorado nuevas formas de placer y habían descubierto una nueva dimensión en su relación sexual. La experiencia de Anna y Carlos con el succionador de clítoris fue una de las más eróticas y emocionantes de sus vidas. ¿Te atreverías a experimentarla con tu pareja?

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Experiencias eróticas by Factor Mujer (marzo 2023)


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