Dándole placer

y por eso se había alejado para coger un masturbador, un aparato que no le gustaba nada a él pero que sin duda sería delicioso como castigo por querer decirle a ella cómo tenía que hacer las cosas.

Se acercó a él enseñándole el objeto y vio la cara de asco que le ponía. Pero eso ya lo sabía ella. Así que venía preparada porque sería él quien le pediría el masturbador, no ella quien lo impondría.

Se puso unos guantes y cogió con ellos unas ortigas que puso en sus pezones cogidas con unas pinzas de madera. Por si no fuera suficiente, cogió más ortigas y las puso por sus testículos fijándolas con un poco de papel transparente usado en la cocina pese a los saltos que él daba intentando que no lo pusiera. Finalmente cogió una rama de ortigas y empezó a pasarlas por su cuerpo, por su pene, apretando con ella, soltándola y llevándola a otras zonas del cuerpo.

Escuchó los lamentos de él y le enseñó el masturbador.

• Por favor, por favor.

• ¿Por favor qué?

• Usa el masturbador, por favor....

Ella sonrió y lo puso en la cabeza del pene sin quitarle las ortigas. ¿Sería capaz de estimularlo dándole placer con algo que no le gustaba? No estaba segura pero lo iba a intentar con su sumiso...

Relato erótico by Kayla Leiz (febrero 2013)