Odiaba levantarse temprano, lo único que quería era seguir durmiendo un poco más pero ese cosquilleo en su entrepierna era tan delicioso que empezaba a no querer volver a dormirse sino centrarse en él y en cómo estaba empezando a mojarse. Quizás y sería mejor eso.
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Se movió un poco notando que éste se introducía más en su interior y tocaba el punto G haciéndola gemir por ese roce. Si, un poco más, un segundo más y podría llegar a un punto de no retorno, y entonces sí vería después cómo iba a salir de la cama después de semejante orgasmo.
La alarma del despertador comenzó a sonar, o era su voz gritando porque lo que tenía entre sus piernas se movía más rápido, con pulsos, como si fuera un miembro masculino dando golpes. Estaba empapada y a punto, quería llegar y disfrutar de una mañana y un despertar mucho más dulce que con el despertador.
Metió la mano por las sábanas hasta llegar a su centro y empujó más adentro sacando y metiendo rápidamente para estimularse más. Las caderas bailaban por sí solas y el sueño ya se había ido, ahora solo le importaba lo que tenía entre manos.
Se levantó con las piernas en el momento en que el orgasmo le llegó y disfrutó de la sensación, su cuerpo temblando. Cayó en la cama unos segundos después sacando de su cuerpo el despertador vibrador que hacía unos días su pareja le había regalado.
Relato erótico by Kayla Leiz (enero 2013)
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